martes, 28 de septiembre de 2010

San Juan fue “el granero del Sur”

La provincia San Juan, conocida también como “el granero del Sur”, por su tradicional producción de habichuelas, se está convirtiendo poco a poco en un valle desierto, donde la siembra de la leguminosa disminuye cada día por falta de apoyo del gobierno a los agricultores.

Su situación de marginalidad la ha relegado al cuarto lugar dentro de las provincias más pobres del país, de acuerdo con un estudio realizado por la antigua Oficina Nacional de Planificación (Onaplan) y de la que habla el diputado David Herrera.

Explica el legislador que de las 400 mil tareas que eran utilizadas cada año para producir entre 450 y 500 mil quintales de habichuelas, hoy sólo se cultivan 80 mil, porque los agricultores carecen de los equipos necesarios para preparar los predios, los préstamos del Banco Agrícola no se consiguen con facilidad y por los altos precios del gasoil y los fertilizantes.

La mayoría de los casi 400 mil habitantes que tiene la provincia, ya no se dedica a la agricultura como medio de sustento, por lo que muchos han tenido que emigrar a las ciudades y a la capital, como forma de conseguir los ingresos que les permitan, al menos, subsistir.

La creciente pobreza también tiene su reflejo en la educación, porque 39 de cada cien niños y niñas no pueden ingresar al sistema, a pesar de que constitucionalmente tienen derecho a la enseñanza pública y con calidad.

Muchos de los que tienen el “privilegio” de tener un espacio en una escuela, estudian en estructuras destartaladas y peligrosas, bajo enramadas y pisos de tierra, y bajo de árboles, sin las más mínimas condiciones para recibir la enseñanza, lacerando su dignidad de dominicanos con derechos garantizados por la Constitución.

Ese estado de pobreza y abandono contrasta con los aportes económicos de la provincia, que produce diversos rubros, que aunque sus volúmenes han bajado notablemente durante los últimos años, sigue siendo significativa en la alimentación del pueblo dominicano.

El diputado Herrera indica que la falta de acueductos, el deterioro de las vías de acceso a las comunidades, como carreteras y caminos vecinales, y el poco apoyo gubernamental a los sectores productivos, hacen de San Juan una provincia que se hunde en la pobreza, pese al privilegio de tener una de las mejores pluviometrías con temperatura promedio de 24 grados, y un valle único, que la hace segunda zona más productiva del país.

A comunidades como Vallejuelo, Yaque, Arroyo Cano, Bohechío y otras, es difícil llegar, debido al deterioro de las carreteras y otros servicios.


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